SIMÓN PEDRO: Por qué sigue Pedro usando su antiguo nombre

La primera Carta de Pedro comienza con estas palabras: „Pedro, apóstol de Jesucristo„. El antiguo nombre de Pedro era Simón Barjona. Pero Jesús cambió su nombre, cuando éste recibió la revelación de Dios sobre el Mesías “Respondió JESÚS y le dijo: Bienaventurado eres Simón bar Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino Mi Padre que está en los Cielos. Y Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta Roca edificaré Mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.“ (Mateo 16:17-18). La palabra „Pedro“ significa „piedra“. Con esto Jesús mostró, que Pedro desde ese momento y en adelante era una piedra viva para la casa de Dios „Acercándoos a Él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,“ (1Pedro 2:4).

Sin embargo, la segunda Carta de Pedro comienza de forma diferente a la primera. En la segunda Carta se dice: „Simón Pedro, un esclavo y apóstol de JESUCRISTO“ ¿Por qué Pedro sigue usando su antiguo nombre? ¿No usó su nuevo nombre en la primera Carta? ¿Por qué de repente piensa ahora en su antiguo nombre?

No olvidando la purificación de los pecados pasados

La razón es, sin duda, que Pedro fue consciente hasta el final de su vida, de que sus antecedentes no eran muy buenos. Estoy seguro de que a menudo pensaba en las veces que Jesús le había perdonado, a pesar de haber cometido tantos errores. Sobre todo, ciertamente no podía olvidar que había negado al Señor Jesús tres veces, incluso con maldiciones „Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar: No conozco a este hombre de quien habláis. Y el gallo cantó la segunda vez. Entonces Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces. Y pensando en esto, lloraba amargamente.“ (Marcos 14:71-72). Sin duda Pedro más tarde se sorprendió mucho de que Jesús lo había perdonado e incluso restaurado personalmente „Pero id, decid a Sus discípulos, y a Pedro, que Él va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.“ (Marcos 16:7). Con seguridad que Pedro nunca olvidó esta experiencia: Jesús lo había purificado de todos sus antiguos pecados y transgresiones.

Esto no significa que Dios se acuerde de nuestros pecados y transgresiones. No. Mientras nos hayamos arrepentido de corazón, Dios olvidará todos nuestros pecados y nunca más los recordará „Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.“ (Hebreos 8:12; Salmo 51). Pero, aunque todos nuestros pecados están perdonados, es bueno saber de qué nos ha purificado Jesús, para que no nos volvamos orgullosos. De lo contrario, podríamos pensar que Dios nos ha elegido, porque estábamos especialmente cualificados. Pero cuando recordamos de qué nos ha limpiado la sangre de Jesús, permanecemos humildes ante Dios. Por eso Pedro dice:

Porque el que carece de estas cualidades,  está ciego, teniendo cerrados los ojos, y ha olvidado la purificación de sus antiguos pecados.

2Pedro 1:9

No pensamos en nuestros antiguos pecados en sí, sino en la purificación de nuestros pecados. ¡Cuánto nos ha perdonado Dios en Jesucristo! No debemos olvidar eso.

El ejemplo de Pablo

No sólo Pedro, sino también Pablo vivía siendo consciente de cuánto le había perdonado el Señor. Él escribe:

Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

1Timoteo 1:15

En Gálatas 1:13 Pablo vuelve a pensar en su antigua manera de vivir „Porque vosotros habéis oído acerca de mi antigua manera de vivir en el judaísmo, de cuán desmedidamente perseguía yo a la iglesia de Dios y trataba de destruirla,„. Esto, sin embargo, no significa, que estuviera viviendo en condenación, porque sus pecados estuvieran permanentemente delante de sus ojos. No, más bien era un recordatorio, para no volverse orgulloso. De lo contrario, podría haberse creído un gran apóstol del Señor, al que todos los creyentes deberían estar agradecidos. Es cierto que Pablo trabajó más duro que todos los demás apóstoles; sin embargo, enfatiza que no fue él, sino la gracia de Dios juntamente con él „Pero por la gracia de DIOS soy lo que soy, y Su gracia hacia mí no ha sido en vano; al contrario, trabajé más que todos ellos, pero no yo, sino la gracia de DIOS conmigo.“ (1Corintios 15:10). Esta comprensión muestra su actitud humilde ante el Señor.

Perdón y amor

Cuando una pecadora ungió los pies de Jesús con sus lágrimas y los secó con sus cabellos, los fariseos se molestaron porque pensaban que Jesús no sabía quién era esa mujer. La maravillosa respuesta de Jesús muestra que esta mujer lo amaba tanto porque sus muchos pecados le fueron perdonados. Él dijo:

Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a quien se le perdona poco, poco ama.

Lucas 7:47

Cuando pensemos en los grandes pecados de los que Jesús nos ha purificado, le mostraremos también mucho amor. Con seguridad que esta fue también la experiencia de Pedro y Pablo. No nos olvidemos también de la purificación de nuestros antiguos pecados, para que podamos amarlo y continuar sirviéndolo en humildad.

Transformación

El hecho de que Pedro se llamara a sí mismo „Simón Pedro“ también demuestra que era consciente de la transformación que necesitaba. Con seguridad que, después de sus muchos fracasos y pecados, Pedro tuvo sumo cuidado de no seguir repitiendo continuamente sus pecados. Él se dejó transformar por el Señor. Si verdaderamente pensamos en la purificación de nuestros pecados pasados, tendremos mucho cuidado, de no volver a cometerlos, sino de ser transformados. Digamos nosotros también al Señor: Señor, transfórmame. No quiero seguir siendo el mismo. ¡Sálvame por completo!