Nuestras posesiones desaparecen – ¿qué es lo queda?

Porque: Toda carne es como hierba, y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae;

1ª Pedro 1:24

La vida humana es como la hierba. Crece rápidamente y da flores. La riqueza, el éxito en el trabajo, la realización personal, la belleza, el prestigio y la salud son algunas de las „flores“ de la vida humana. Florecen y tienen cierta gloria. Pero no importa cuánto tiempo y energía gastemos en estas „flores“, no tardan mucho en caerse y marchitarse.

 

 

La hierba se ha secado y la flor ha caído

El momento actual en particular nos deja claro a todos que nuestras pertenencias están desapareciendo. La inflación está devorando nuestros ahorros, la guerra en Europa está sacudiendo nuestra supuesta seguridad y las consecuencias de las intervenciones médicas en todo el mundo son devastadoras. Lo que antes se nos presentaba como una „solución“ resulta ser un fraude. Al final hay desesperación, depresión y finalmente la muerte.

 

Una herencia incorruptible

Pero en medio de este ciclo oscuro, Dios nos revela una salida gloriosa. Pedro habla de una „herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros“ (1ª Pedro 1:4). En primer lugar, esta maravillosa herencia es el mismo Dios viviente. Él quiere darse a Sí mismo a nosotros en Su Ser puro y glorioso: ¡Dios es amor, paz y alegría! ¿No te gustaría recibir esta herencia? Especialmente en estos tiempos, no hay que perder el tiempo.

 

 

La Redención en Jesucristo