El Árbol de la vida: El pan vivo del cielo

Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas Mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es Aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás.” (Juan 6:32-35, RV60). ¡Esto es maravilloso! debes aprender a comer a Jesús, tienes que aprender a comer Su humanidad. Él es el Maná celestial. Él es el pan sin levadura. ¡Cristo es el pan de vida!

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es Mi carne, la cual Yo daré por la vida del mundo. Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo ¿Cómo puede Éste darnos a comer Su carne? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis Su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna; y Yo le resucitaré en el día postrero. Porque Mi carne es verdadera comida, y Mi sangre es verdadera bebida. El que come Mi carne y bebe Mi sangre, en Mí permanece, y Yo en él. Como me envió el Padre viviente, y Yo vivo por el Padre, asimismo el que Me come, él también vivirá por Mí. Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.” (Juan 6:51-58, RV60).

¡Necesitas comer este capítulo reiteradamente! y contar las veces que el Señor dice: “¡come!” Tengo la impresión: como si el Señor quisiera inculcar el concepto de comer dentro de nosotros.

Al oírlas, muchos de Sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? Sabiendo Jesús en Sí mismo que Sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende? ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?” (Juan 6:60-62, RV60). ¿Porque dijo esto el Señor? Lo dijo porque Él sabía que iba a pasar por muerte, resurrección y ascensión, para entonces, entrar en ellos como el Espíritu. Todos estos aspectos de Cristo están contenidos en este Espíritu que ha sido derramado dentro de nosotros.

Como el Espíritu, Él puede ser comida para nosotros. Si quieres experimentar la muerte de Cristo, tienes que estar en el Espíritu, porque todo lo que el Señor es, se encuentra en el Espíritu que ahora vive en tu espíritu humano.

El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida.” (Juan 6:63, RV60). Esta comida se encuentra en el “Espíritu dador de vida”. Si no tocas el Espíritu en tu espíritu, no obtendrás vida.

Por supuesto que aquí el Señor no quería decir, que debían comer un trozo de su carne. ¿A cuántas personas podría alimentar con Su cuerpo físico? Allí había miles de personas reunidas; además sería canibalismo…, estaban asombrados: “¿Cómo puede Éste darnos a comer Su carne?” (v. 52, RV60). El Señor les respondió que no se refería a Su carne física, la carne de nada aprovecha, sino el Espíritu es, el que da la vida. Después de pasar por un proceso de muerte, resurrección y ascensión, el Señor se hizo el “Espíritu que da la vida”. La vida está en el Espíritu y el Espíritu está en Su Palabra. Por eso dice en el versículo 63 “Las palabras que Yo os he hablado son espíritu y son vida” (RV60).

Por eso si hoy quieres tocar la vida, necesitas el Espíritu, tienes que venir a Él. Si no tienes hambre de esta vida, ni el deseo de tocarla y por el contrario todo lo que deseas es saber el significado de esta o aquella palabra, buscando sólo doctrina y conocimiento, no obtendrás vida alguna.