Jesús – el pan de vida
En Juan 6:33-35 el Señor habla del pan del cielo: “Porque el pan de Dios es Aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Le dijeron: Señor, danos siempre este pan. Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree, no tendrá sed jamás.” (RV60). Esta vida no estaba separada del Señor. Él es el pan de vida que debemos comer diariamente. Esto es difícil de explicar, más bien hay que “verlo”. Si logras entender, que el Señor Jesús, como la Palabra de Dios, es el pan de vida, entonces vendrás a esta Palabra con la actitud correcta. Realmente necesitas tener “hambre”, y debes utilizar tu fe y tu espíritu para introducirte en la Palabra viva.
No utilices tu mente para estudiarla como hicieron los escribas. Sé que a todos nos gusta estudiar. Es por eso que utilizamos el término estudio bíblico, otros lo llaman “estudio de vida”, pero como quiera que lo llames, siempre se trata de estudiar la Palabra de Dios. A todos les gusta estudiarla. Pero, ¿Por qué no comerla? Si le dices a alguien que comes la Palabra en las reuniones, no te entenderán. Pero si les dices que tienes un estudio bíblico, entonces incluso vendrán. Si les dices que hay una reunión para comer la Palabra, pensarán que eres una persona rara y a lo mejor te preguntaran, ¿qué quieres decir con esto? Lo cual te brindará una buena oportunidad para compartirles Juan 6, cómo el Señor es el Pan de Vida y cómo disfrutamos al Señor Jesús como nuestra comida, especialmente a través de Su Palabra.
“Jesús les dijo: ¡Yo soy el pan de la vida!” (v. 35). Cada vez que vengas a la Palabra tienes que decirle al Señor: “Señor, quiero comer el pan celestial”. Esto es muy importante. Necesitas tener la costumbre de comer al Señor en la Palabra de vida. Entonces el Señor te hablará y el Espíritu te suministrará el poder y la fuerza que necesitas. Experimentarás que Su Palabra es eficaz, te nutre y te da vida eterna.
Si no tenemos éste “hambre de vida” mientras leemos la Palabra de Dios, será porque seguramente estaremos leyendo la Palabra con nuestra mente, para adquirir más conocimiento y satisfacer nuestra curiosidad. Leerás la Biblia con la vista puesta en saber qué significa cada cosa, cómo debe de ser interpretado cada versículo, lo que dice el texto original griego y te preguntarás si los demás tienen los mismos o diferentes puntos de vista que tú. Leer la Palabra de Dios de esta forma no te da vida.
Algunos dicen que si no entiendes la Biblia, ¿para qué leerla? Por supuesto que habrá algunas cosas que las entiendas enseguida y otras no. Hoy es muy fácil adquirir conocimiento; existen muchos libros. Pero para obtener vida, tienes que venir a Él. Tienes que comerle a Él. Tienes que ir más allá de la letra impresa para tocarlo a Él. Todo depende de lo que tú busques, hacer esto puede parecer extraño, pero si comemos la Palabra de Dios de esta forma, recibiremos el verdadero conocimiento por medio de Su luz y revelación.
¿Buscas un método para leer la Biblia? Permíteme hacerte estas preguntas: ¿Qué es exactamente lo que buscas? ¿Deseas tocar a Dios mismo en la Palabra? ¿O simplemente deseas recibir conocimiento acerca de Él? Si verdaderamente le buscas a Él, puedes estar seguro que vendrá a ti y te iluminará con Su luz, porque Él es el Dios vivo. El espíritu en ti reaccionará a Su hablar. Es curioso ver que la Biblia, no muestre un método de cómo venir a la Palabra. Todo depende con qué actitud vengas a ésta. Para recibir vida, tienes que venir al Señor mismo. Recuerda lo que el Señor dijo en Juan 5:39-40: “Examináis las Escrituras porque vosotros pensáis que en ellas tenéis vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí; y no queréis venir a Mí para que tengáis vida.” (LBLA). Tienes que decirle al Señor, que no quieres otra cosa, que no sea tocarlo a Él y recibir vida. Pídele, que Su luz te alumbre y Su Palabra te alimente.