El Árbol de la Vida (II)

No acumular conocimientos, sino tocar la vida

Hoy en día, obtener conocimiento es relativamente fácil. Disponemos de multitud de fuentes, accesibles a cualquier lector. Pero lo que realmente me preocupa, es que recibas vida, cuando vengas a la Biblia. Si no recibes vida al leerla, es porque en tu corazón no tienes hambre del Cristo vivo. Tienes que ser consciente de que en nosotros hay una parte que está caída. Nuestra vida del alma, nuestro yo, nuestro amor corrompido y nuestros conceptos, forman parte de nuestra naturaleza caída. Por lo que es muy fácil caer en la trampa del conocimiento. Quiero recordaros de nuevo Juan 5:39-40 donde el Señor respondió a los escribas y a los fariseos: “Escudriñáis las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí; y no queréis venir a Mí para que tengáis vida.” (RV60). A todos nos gusta escudriñar las Escrituras, no creo que haya ningún creyente que no escudriñe las Escrituras. Si os preguntara, ¿qué hacéis en la reunión de los jóvenes? Me responderíais que estudiáis a Biblia, no diríais que estáis comiendo la Palabra. Y si os preguntara sobre la reunión del domingo por la mañana, responderíais que estabais escuchando un mensaje, no diríais que estabais comiendo a Cristo. Tampoco creo que ninguno de vosotros diga a sus amigos, que en las reuniones come a Cristo, esto no es fácil de decir, simplemente, porque no compartimos este concepto.

En vuestro tiempo matutino de oración, ¿coméis a Cristo? ¿participáis del árbol de la vida? ¿Tenéis mucha hambre de vida? Esto verdaderamente es muy importante. Volvamos a leer estos versículos: “Escudriñáis las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de Mí;” (Juan 5:39, RV60). Hay muchos que piensan que cuando examinamos las Escrituras, la vida viene automáticamente. Pero ¿qué dijo el Señor? “y no queréis venir a Mí para que tengáis vida.” (Juan 5:40, RV60) Esto significa que puede que escudriñéis la Biblia, incluso la memoricéis, y aun así no recibáis vida.

Para recibir vida tenéis que venir a Él directamente. La vida viene del Cristo vivo, si quieres vida, tienes que venir a Él. No hay otra forma de recibir vida…, ni estudiando, ni interpretando la Biblia, aún y cuando comprendas nítidamente lo que ésta dice.

Por muy bien que entiendas la Biblia, no obtendrás en absoluto vida de ésta, a no ser que vengas a Él. Esta enseñanza no es la mía, sino, lo que el Señor nos enseña hoy “y no queréis venir a Mí para que tengáis vida.

Los escribas y fariseos, seguro que entendían la Biblia, pero aún y sabiendo por Miqueas 5:8, que el Señor iba a nacer en Belén, no fueron allí para verlo. Por el contrario, los Magos de Oriente, no conocían la Biblia, pero fueron a Belén a ver al recién nacido, Rey de los judíos. Puede que digas: Que es bueno saberlo, pero también hay que ir. Tienes razón; también yo te digo, que, si posees el conocimiento, pero no vas, no recibirás vida. Aún y Sabiendo lo que es correcto, la mayoría de las veces, no lo hacemos.