Los cuatro primeros juicios de las trompetas

Apocalipsis 8  –  Veamos primero en qué punto de la cronología del tiempo nos encontramos.

Hemos visto que antes de los últimos 3,5 años (tres años y medio), el gran Día de la ira de Dios, una gran multitud será arrebatada ante el trono de Dios (Ap. 7:9-17; en verde en el diagrama). Después de esto – iniciado por las oraciones de los santos (Ap. 8:3-5; naranja en el diagrama) – comienzan los juicios de las siete trompetas.

La paciencia de Dios con la humanidad

Los siete juicios de las trompetas se dividen en cuatro y tres. Los juicios de las cuatro primeras trompetas marcan el comienzo del Gran Día de la ira de Dios. Es el último llamado de advertencia de Dios a la humanidad, para que se arrepientan y se reconcilien con Él.

Aquí podemos ver la paciencia de Dios con las personas – a Él no le da igual la situación de las personas, sino que Él quiere, que todos los hombres sean salvos y vengan al pleno conocimiento de la verdad. Es por eso, que Dios advierte al hombre muchas veces, antes de juzgarlo.

Las cuatro primeras trompetas: juicio sobre la creación

La misericordia de Dios hacia los hombres se muestra en el hecho de que las cuatro primeras trompetas no están dirigidas directamente contra los hombres, sino contra la naturaleza. ¿Qué es lo que sucede con las cuatro primeras trompetas?

  1. Una tercera parte de la tierra y de los árboles y toda la hierba verde serán quemados
  2. Una tercera parte de todas las criaturas del mar morirán
  3. Una tercera parte del agua dulce se convertirá en ajenjo, es decir, muy, muy amarga
  4. Los cuerpos celestes (sol, luna y estrellas) sólo emitirán una tercera parte de su luz

La responsabilidad del hombre

Aquí Dios también nos muestra la responsabilidad del hombre hacia la creación. Si el hombre vive en pecado y alejado de Dios, toda la creación cae con él. Dios no sólo juzgará al hombre, sino que toda la creación sufrirá el desorden del hombre.

Así que, lo mejor que podemos hacer, para preservar nuestro medio ambiente, es, arrepentirnos, volvernos a Dios y aprender de Su justicia. Hoy mismo podemos tomar nuestra decisión: ¿Queremos continuar obstinadamente por nuestro propio camino y llegar a este juicio? ¿O somos inteligentes y comenzamos a buscar a Dios?