Dios busca verdaderos adoradores
En todas las partes del mundo se reúnen los cristianos para adorar a Dios. Esto es normal, ya que a Él se le debe profesar adoración, por ser Dios. Sin embargo, pocos creyentes se preguntan seriamente si Dios está del todo satisfecho con su adoración. ¿Acaso agrada a Dios cuando cada domingo le traemos nuestra alabanza y adoración, escuchamos un sermón, ofrendamos dinero y luego regresamos de nuevo a casa? Entre nosotros los cristianos existen muchos conceptos diferentes de cómo se debe adorar a Dios. Para algunos, adorar significa cantar hermosas canciones cristianas mientras se crea una atmósfera especial. Otros adoran a Dios recitando una oración o citando un versículo de la Biblia. Y otros consideran toda su vida como una adoración. Sin embargo, la pregunta crucial es: ¿Cómo es la adoración que Dios quiere y que le satisface?
Jesucristo dijo sobre eso: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren“ (Juan 4:23-24). Muy pocas veces la Biblia dice que Dios está buscando algo. Pero si Dios busca algo, ha de ser algo que no es fácil de encontrar. Dios el Padre busca verdaderos adoradores, quienes deben adorarlo en espíritu y en verdad. Por lo tanto, Dios no acepta cualquier forma de adoración. Más bien, Dios quiere un tipo específico de adoración. Pero, ¿cómo es la verdadera adoración que Dios el Padre está buscando?
Ya en tiempos del Antiguo Pacto, Dios había dado a Su pueblo, los israelitas, instrucciones muy concretas sobre cómo debían adorarlo. No se les permitía adorarlo de cualquier forma. Dios les ordenó: „No haréis como todo lo que hacemos nosotros aquí ahora, cada uno lo que bien le parece“ (Deuteronomio 12:8). Si, Dios en aquel tiempo ya dio instrucciones claras sobre cómo ser adorado por Su pueblo, ¿Debería ser hoy tan tolerante y aceptarlo todo? ¡Si Dios en los tiempos del Antiguo Pacto, describió detalladamente la manera de adoración, cuanto más hoy en el Nuevo Pacto desea que Sus creyentes tomen Su manera de adoración! De ahí que tengamos que humillarnos delante de Dios y preguntarle: ¿Cómo desea ser adorado por los creyentes? Sólo las Santas Escrituras, que Dios nos ha dado, pueden mostrarnos qué tipo de adoración le agrada a Dios.