El libro de Apocalipsis comienza en el capítulo 1 con la visión del gran Sumo Sacerdote Jesucristo. En los capítulos 2 y 3 se ocupa de los candelabros de oro, es decir, de las iglesias. Jesucristo es el Sumo Sacerdote y Su Iglesia ha de ser Su santo sacerdocio. Apocalipsis 1 describe al Sumo Sacerdote Jesús de la siguiente manera:
„y en medio de los candelabros, vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro.„ (Apocalipsis 1:13)
¿Cuál es la primera señal que demuestra que Jesús es el Sumo Sacerdote? Su túnica le llega hasta los pies y se ciñe el pecho con un cinto de oro. Esta túnica es la túnica de un sacerdote. Esto nos recuerda la descripción del Sumo Sacerdote Aarón en los tiempos del Antiguo Pacto. El cinto de oro alrededor del pecho recuerda al bolsillo pectoral que se ajustaba directamente sobre el pecho en el efod (es decir, la prenda más externa). La vestimenta de Aarón se describe en Éxodo 28.
La vestimenta de Aarón
A Aarón no se le permitía acercarse a Dios de cualquier manera. Antes de acercarse a Dios en el santuario, tenía que vestirse con vestiduras especiales. Estas vestiduras eran vestiduras santas. Los versículos siguientes muestran cómo debía ser la vestidura de Aarón:
„Estas son las vestiduras que harán: un pectoral, un efod, un manto, una túnica tejida a cuadros, una tiara y un cinturón; y harán vestiduras sagradas para tu hermano Aarón y para sus hijos, a fin de que me sirvan como sacerdotes. Y tomarán para ello el oro y la tela azul, púrpura y escarlata, y el lino fino.„ (Éxodo 28:4-5).
El sumo sacerdote Aarón es una imagen del gran Sumo Sacerdote Jesucristo. Si Aarón – como imagen de Cristo – tuvo que vestir vestiduras santas para el servicio sacerdotal terrenal, entonces Jesucristo ciertamente no es una excepción para el servicio sacerdotal celestial. También Él lleva una túnica sacerdotal.
Todos los detalles de las vestiduras de Aarón muestran diversas riquezas de Cristo. En este artículo veremos brevemente algunos de los colores y materiales utilizados para confeccionar estos maravillosos vestidos:
Lino fino
El material básico de la vestimenta sacerdotal era lino fino y blanco. En Apocalipsis 19:8 vemos que el lino fino muestra la justicia de Cristo. Los sacerdotes no podían llevar lana, sólo lino (véase Ezequiel 44:17). El sudor muestra nuestro propio esfuerzo. Jesucristo nunca sirvió como sacerdote por Sus propios esfuerzos, sino sólo a través de Dios mismo. Nosotros también debemos aprender a servir no con justicia propia, sino a través de Cristo, nuestra justicia (véase Filipenses 3:9).
Oro
El oro muestra la naturaleza de Dios. El sumo sacerdote lleva un cinturón de oro alrededor del pecho. Esto nos revela el amor divino de Cristo por Sus Iglesias. Siempre las lleva en Su corazón. Por amor, reprende y castiga a las Iglesias para que al final puedan ser edificadas en la gloriosa Nueva Jerusalén.
Azul
El azul es el color del cielo. El Sumo Sacerdote Jesús no es un sacerdote terrenal, sino que es del cielo y celestial (véase 1 Corintios 15:47; Juan 8:23; Hebreos 4:14). Tiene una mentalidad celestial para la Iglesia. También nosotros debemos aprender de esto y poner la mira en lo de arriba, donde está Cristo (véase Col. 3:1-2).
Rojo púrpura (o escarlata)
El rojo simboliza la redención mediante la preciosa sangre de Cristo. El Sumo Sacerdote Jesús murió por la Iglesia – la compró con Su sangre. En la preciosa sangre de Cristo tenemos el perdón de nuestros pecados cuando nos arrepentimos. Seamos también personas que no culpen a los demás. Perdonemos como Dios también nos ha perdonado en Cristo (véase Col. 3:13).
Púrpura
El púrpura es el color de la realeza. El Sumo Sacerdote Jesús no es sólo un sacerdote, sino que también es el Rey. Él está sentado en el trono. En Jesucristo el sacerdocio y el reino están unidos. Esto nos recuerda a Melquisedec, que es a la vez tanto sacerdote del Dios Altísimo, como rey de Salem (véase Hebreos 7:1). Nosotros también hemos sido hechos reyes y sacerdotes (véase Apocalipsis 1:6).
Conclusión
Jesucristo es el gran Sumo Sacerdote. Su vida en esta tierra, tal como se describe en los cuatro Evangelios, expresa todos estos colores maravillosos. Él es Dios mismo, Él es celestial, Él ha realizado la redención y Él es el Rey. ¡Qué maravilloso Sumo Sacerdote ha dado Dios a las Iglesias! Que todos lo conozcamos y lo experimentemos cada vez más.