En este tiempo queremos tener comunión sobre el libro de Apocalipsis; ya que estamos viviendo en un tiempo en el que la Palabra de este libro se está cumpliendo ante nuestros ojos.
El capítulo 1 de Apocalipsis nos da una descripción impresionante del Señor. Ahí se le describe con cabello blanco „como blanca lana, como nieve“ y “ojos como llama de fuego” „Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos eran como llama de fuego;“ (1:14). Además, se dice que „Sus pies son semejantes al bronce bruñido“, que están „refulgentes, resplandecientes como en un horno“. ¿Conocemos a un Cristo así? ¿O sólo conocemos al querido Jesús que se muestra en los evangelios? Aquí en Apocalipsis el Señor se nos presenta de esta manera. Todo lo que no sea aprobado, se quemará en este calor, en este fuego.
“Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de la profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.” (Ap. 1:3).
En este libro de la Biblia, Jesucristo nos habla de Su segunda venida y nos muestra lo que sucederá en la tierra al final de los tiempos. Por lo tanto, no sólo debemos leer y escuchar la Palabra del Apocalipsis, sino que también debemos retenerla.
Esto debería producir un cambio en nosotros. La Carta de Santiago nos muestra que no sólo debemos ser oidores de la Palabra, sino también ser hacedores de ella. A medida que vayamos teniendo comunión sobre el Libro de Apocalipsis durante los próximos días, debería servirnos esto también, para guardar y retener la Palabra.
Muchas señales indican que Jesucristo regresará pronto. Vemos cómo en la política todo se está preparando para el gobierno del Anticristo. La sociedad también está cambiando de tal manera, que los valores cristianos se “pisotean” cada vez más. La iniquidad es cada vez mayor. Al mismo tiempo, muchas señales en Israel indican que Jesucristo regresará pronto. Finalmente, también hay señales entre el pueblo de Dios, los cristianos.
Observamos, que el estado actual de la iglesia de Dios no está en buenas condiciones, ante la segunda venida inminente de Jesús. Es por eso por lo que el Señor habla a las siete iglesias en Apocalipsis 2 y 3 y nos muestra cómo desea presentarse a Sí mismo hoy una iglesia gloriosa.